Nunca debemos perder de vista que la escuela dominical es simplemente otra parte u otra forma en que la iglesia ministra a sus miembros. Por lo cual, toda la escuela dominical debe ser bajo el pastor y los ancianos para que ellos dirijan este ministerio y coordinan este ministerio para que apoye y extienda el enfoque principal de la iglesia en general.
Además de haber dicho que es parte del ministerio entero de la iglesia, debemos entender que es una extensión de tal ministerio. Hay iglesias donde por su afán en crecer, usan la Escuela Dominical como instrumento para atraer gente a la iglesia. Esto puede ser bueno o puede ser malo.
Lo malo entra cuando están regalando mordidas de dulces o premios para que gente viene. A fin de cuentas, la gente viene, pero por hacer esto se cambió el carácter de la Escuela Dominical (incluso a toda la iglesia). La gente que viene así “por lo que les den” o por en una forma “les conviene” (como cuando les dan una dispensa de comida), entonces tienen otra expectativa incorrecta.
Se cambia el carácter de la Escuela Dominical de que aprenden de la Biblia para corregir sus vidas espiritualmente a uno de “aguantar toda la plática” para recibir su premio para esta semana. La falta de atención y falta de interés son muy notables en estas personas, y es casi imposible de cambiarles de este parecer. De empezar con esta manía es de causar la iglesia y la Escuela Dominical de corromperse y es casi imposible de arreglar esto. Toma años de no hacerlo para corregir la actitud, y esto no es sin que muchos dejan de venir “porque no les conviene”. No les conviene no porque la iglesia dejó de enseña la Palabra de Dios, sino porque ellos tuvieron los ojos en lo material, y para nada se fijaron en lo espiritual.
Este problema tuvo Jesús, y hasta él mismo se observó para nosotros que hubo grupos que le seguían a él solamente por el pan que él les daba.